El Lhasa Apso era criado solo en los monasterios del Tibet como centinela del templo y el palacio. En su creencia consideran que en esta raza se reencarnan los lamas que todavía no han alcanzado el nirvana. Esta raza fue poco vista hasta la década de 1920 fuera del Tibet.
Debido al clima del Himalaya, su pelo es largo, abundante y áspero, cayendo y cubriendo todo su cuerpo incluyendo sus ojos. Tiene barba y bigotes, sus patas son redondas como de gato. Los color
es de esta raza son dorado, crema y miel, también se pueden encontrar en color humo, pizarra, gris oscuro y en tonalidades de negro, blanco y marrón.
Aunque a primera vista esta raza nos parece ser amistoso y bonachón, su temperamento es todo lo contrario, decidido con su agudo sentido auditivo, excelente perro guardián, ladra con fuerza, agresividad y sin temor a lo que resulte extraño o sea intruso en su zona y es reservado con los desconocidos. Se dice que era más atemorizante que los Mastines Tibetanos que vigilaban las entradas en los monasterios.
Es muy leal a los humanos, juguetón, afectuoso, y le gusta la compañía humana, odia quedarse solo. No tolera los malos tratos por lo que no se recomienda la convivencia con niños si no van a saber respetarlo, su inteligencia lo hace ser terco y resistirse o no obedecer a la disciplina firme, se recomienda un manejo paciente y firme de un dueño experimentando.
Por otro lado hay que tener en cuenta que habitualmente los ejemplares de esta raza si bien no suelen presentar una gran respuesta al entrenamiento de obediencia tampoco es tan difícil obtener buenos resultados.
Por todo ello, si uno está dispuesto a realizar una educación consistente con reglas claras el lhasa apso podrá transformarse en un perro faldero soñado.
Lhasa Apso
Acicalado:
El Lhasa Apso es una raza de pelo largo que no se cuida solo, deberemos arreglarlo de una forma fácil para que no se convierta en un sufrimiento ni para el perro ni para nosotros. Haciendo el trabajo divertido ganaremos con mejores resultados y no nos cansaremos, ya que el resultado nos recompensará.
La mejor forma de tener a nuestros Lhasa Apso en las mejores condiciones es el baño semanal. Necesitaremos cepillo de púas metálicas extra-largas (tamaño grande), peine metálico con púas separadas, champú de uso canino, de proteínas, crema acondicionadora, también de uso canino, y spray para el cepillado.
El proceso es simple, comenzaremos cepillando en profundidad todo el cabello de nuestro Lhasa Apso, sin dejar zonas importantes como axilas, cara interna de los muslos, parte trasera de las orejas, papada, etc. Una vez que tenemos cepillado todo el animal, mojaremos por completo todo el cuerpo con agua tibia, enjabonaremos con el champú adecuado, previamente rebajado con agua según instrucciones del fabricante, una vez. Si el perro está muy sucio, repetiremos la operación una vez más. Aclarar por completo y aplicar el acondicionador, dejar actuar unos cinco minutos y aclarar por completo. Quitar el exceso de agua, cubrir con una toalla y secar con un secador.
El proceso de secado es sencillo; colocaremos a nuestro Lhasa Apso en una mesa cubierta con una toallas secas, tumbado sobre un costado, comenzando a secar el vientre, cara interna de los miembros posteriores, miembros anteriores, costillas, cuello, papada y parte de la cabeza. Una vez seco y cepillado un costado, haremos lo mismo con el otro. Según secamos con el secador, tenemos ,que ir cepillando suavemente pero con efectividad para conseguir que el pelo quede suelto y libre.
Una vez terminado el secado, dejaremos que el cabello se enfríe y daremos el cepillado final.
Los baños harán que el pelo esté limpio y sano. Deberemos usar siempre champúes y acondicionadores para uso canino, de buena calidad. Entre baño y baño no deben transcurrir más de diez días en ningún caso si queremos que el pelo de nuestro Lhasa tenga una buena largura. Además, un cepillado entre baños con suavidad y con un spray de aceite especial para este fin mantendrá la capa sin nudos y sin olor.
Tenemos que prestar atención a los ojos y boca con más regularidad que con otras razas; una mala higiene en estos dos puntos sería desastroso para la salud de nuestro Lhasa Apso. Los ojos requieren limpieza diaria con un líquido especial para evitar la acumulación de suciedad y polvo; deberemos recoger la cascada de cabellos que caen de la cabeza con una goma en forma de coleta; esto nos facilitará la labor y también podremos disfrutar de su agradable mirada y sus expresiones. La boca tiene que ser vigilada por lo menos una vez al año por nuestro veterinario; si es necesario debemos efectuar una limpieza para liberar a la dentadura de acumulaciones de sarro que de otra forma provocarían la pérdida de piezas dentarias, con las consecuencias desagradables que estas pérdidas acarrearían. El no atender esta parte de la higiene también puede producir infecciones que pueden afectar otros órganos del animal, empeorando su calidad de vida. Los oídos son otra parte a cuidar; deberemos vigilar el interior y limpiar en cada baño con con un producto especial que nos hará más fácil la labor y curará cualquier pequeño problema.
Alimentación:
Por su poca actividad física no tiene exigencias de alimentación especial, con una dieta balanceada (croquetas) es suficiente.
Salud:
El Lhasa Apso no llega a su madurez hasta los 3 o 4 años de edad. Los Lhasa Apso son animales fuertes, robustos y carentes de manías. Este perro pequeño pero no miniatura,derrocha salud, raramente tiene problemas con la alimentación, come con apetito, no tiene caprichos, aunque la mejor manera de alimentarse es comida seca adecuada a su edad de una marca reconocida.
Son super sanos, solo pueden presentar problemas renales genéticos, heridas en sus ojos y problemas auditivos. Al tener los oídos sin ventilación y sin una limpieza regular, pueden provocar infecciones en los mismos, así que habrá que vigilarlos.