El Galgo Español fue por tiempo el perro favorito de las cacerías de liebres en España. Más tarde su fama continuó en el lucrativo deporte de las carreras de perros. En el presente no es sólo un gran perro para los deportes, también se mantiene como mascota donde demuestra ser un compañero de excelentes aptitudes.
De carácter muy noble. Se adapta fácilmente a la vida dentro de la casa, aunque se le debe proveer ejercicio frecuente, sin excesos.
El Galgo Español
Breve resumen histórico:
El galgo español es conocido ya en la Edad Antigua por los romanos, aunque hemos de suponer que su llegada e implantación en la Península sea muy anterior.
Descendiente de los antiguos lebreles asiáticos, se ha adaptado a nuestras diferentes zonas de estepas y llanuras. Se ha exportado en grandes cantidades a otros países como Irlanda e Inglaterra, durante los siglos XVI, XVII y XVIII, siendo nuestro galgo uno de los padres del galgo inglés que presenta con el galgo español las similitudes propias de la raza que le sirvió de base antes de su posterior selección y aclimatación.
Comportamiento:
El Galgo Español es un perro afectuoso, independiente, gentil, inteligente y algo reservado. Para que no sea tímido de adulto es conveniente empezar a sociabilizarlo desde muy cachorro. Siente un gran apego por sus dueños y suele llevarse bien con otros perros y mascotas.
Aspecto:
El Galgo Español es un perro de cuerpo fino y ligeramente rectangular, de pecho no demasiado ancho pero amplio, de espalda recta, lomo arqueado y vientre muy levantado. Tiene la cabeza larga y estrecha y unas orejas insertadas altas, triangulares y con la punta redondeada. Tiene los miembros anteriores finos, rectos y paralelos y los posteriores potentes y bien musculados. La cola, de inserción baja, es muy larga y fina. Se conocen tres variedades de galgo español: la variedad de pelo liso, la de pelo largo (casi inexistente) y la de pelo duro. Su capa puede ser de cualquier color.
Cuidados específicos:
Aunque el medio natural del galgo sea el campo, puede adaptarse perfectamente a la vida de ciudad siempre y cuando haga el suficiente ejercicio. Muchos galgos de ciudad son animales que han sufrido malos tratos o han sido abandonados por no servir para la caza y las carreras, por lo que se adecuan sin problemas a vivir en casas donde los quieran.
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