Esta reflexión sobre perros callejeros se titula "Perdóname", es un texto anónimo que vale la pena compartir si amas a los perros.
Reflexión sobre perros callejeros: ¡PERDÓNAME!
Perdóname por ser mestizo, criollo o corriente, como comúnmente me llaman; en efecto, yo no tengo un gran pelaje, sedoso, largo o abundante, tal vez ni rizado o de bonito color, más bien mi pelaje es sucio, descuidado, con nudos y debajo de él, por más que quisiera deshacerme de ellos no he podido, los ácaros, los piojos, las garrapatas, las pulgas, las costras de mugre que, por acostarme en cualquier lado a recobrar el aliento, se ha maltratado...
Perdóname por desordenar tu basura, pero es que tengo hambre, hambre que tiene días y hasta semanas que no he podido saciar, hambre que me duele hasta las costillas, que cada vez se me notan más...
Perdóname porque mi aliento huele mal, pero es que la comida podrida que encuentro, los pañales desechables y mi falta de alimento en el estómago son los causantes de que no tenga un aliento fresco y sonrisa bien cuidada...
Perdóname porque me atravieso en tu camino cuando tú, con el tiempo justo, vas rumbo a tus actividades, ya sea tu trabajo, tu negocio, tu escuela o mejor y más lindo aún, cuando vas a tu hogar a recibir esos cálidos abrazos, cariñosos besos y alimento calentito y limpio sobre tu mesa...
Perdóname por haber nacido, por quitarte de tu aire, de tu espacio en este planeta; perdóname por existir y defecar en tus calles, en tus banquetas, es que aún no sé donde debo de hacerlo y no siempre hay tierra para que yo mismo la cubra. Perdóname por dar un espectáculo de lástima cuando estoy enfermo, cuando estoy maltratado, cuando estoy atropellado...
Perdóname amigo humano, yo jamás he querido incomodarte, retrasarte, quitarte, ensuciarte ni entorpecer tu fabulosa vida, todo lo contrario, cuando veo mamis con sus nenes caminar de la mano siempre a su cuidado y bajo su resguardo, admiro tu capacidad para amar, admiro tu capacidad de proteger, admiro toda tu vida... si tan sólo yo pudiera tener un poquito de lo que tú puedes dar...
Perdóname, ya estoy queriendo soñar, y aunque me quiero levantar, mis pobres y débiles patas traseras no me quieren responder; es que, perdón, pero me atravesé y no vi venir tu carro... perdóname por causarte daños a tu auto, jamás ha sido mi intención...
Ahora siento mucho sueño, me siento tan cansado, hasta el hambre se me ha quitado y sólo puedo ver una luz y escuchar una suave voz que me dice "Ven amiguito mío, ya sufriste bastante, ahora te toca descansar".
Mi querido humano, hubiera sido muy lindo que tu mano alguna vez acariciara mi cabeza, hubiera sido inmensamente dichoso el haber podido recostarme en tu regazo, hubiera sido hermoso que juntos saliéramos a pasear... hubiera... no te preocupes ni te mortifiques por mí, al fin, sólo fui un perro callejero
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